CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE

CONSTRUIR UN FUTURO LA REVISTA DE CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE DE SAINT-GOBAIN SOSTENIBLE ABRIL 2023 Haga clic aquí para leer la versión en francés

Ilustración de portada de Emily Forgot ¿POR QUÉ ESTA REVISTA? Construir un futuro sostenible es mucho más que una revista. Es el punto de partida de una conversación que queremos mantener con todos las personas que participan en el sector de la construcción en todo el mundo. Esa conversación es necesaria porque el sector de la construcción, que representa el uso del 50 % de nuestros recursos naturales y el 37 % de las emisiones de CO2, se encuentra en la intersección de los grandes retos de nuestro tiempo: la creciente escasez de recursos, el cambio climático, la crisis energética y la aceleración de la urbanización y el crecimiento demográfico. Por todo esto, creemos firmemente que la construcción de nuestro futuro exige una construcción sostenible. Para lograrlo, tenemos que considerar desde múltiples perspectivas el impacto ambiental de nuestros edificios a lo largo de su ciclo de vida útil, desde el diseño hasta la deconstrucción y sin olvidar, por supuesto, cómo se utilizan realmente. Desde responsables políticos y líderes del sector hasta promotores, arquitectos, urbanistas, estudiantes, fabricantes y distribuidores de materiales de construcción, constructores, artesanos, transportistas y usuarios, todos somos responsables de construir un futuro más equitativo y sostenible. Lo que está en juego es evidente, y ya tenemos soluciones. Ahora tenemos que seguir trabajando, innovando, acelerando y superando los límites, y hacerlo juntos. Saint-Gobain También hemos adoptado un enfoque sostenible para esta revista, desde la producción hasta la impresión, para minimizar en lo posible su huella medioambiental. Pureprint, empresa pionera en impresión neutra en carbono, confecciona la revista con tinta vegetal y papel reciclado obtenido de tazas de café desechables.

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 3 EDITORIAL l año pasado, la población mundial superó la cifra de los 8000 millones de habitantes. La familia humana tardó 125 años en pasar de mil millones a dos mil millones, pero solo 12 años para avanzar de siete mil millones a ocho mil millones. En la actualidad, más de 4000 millones de personas viven en ciudades, a las que se suman millones más cada semana. Este crecimiento significa mayor diversidad, numerosas oportunidades e infinitas posibilidades. Sin embargo, también nos enfrentamos a más retos, ya que las ciudades aportan el 70 % de todas las emisiones de carbono. Ante la rápida disminución de los recursos, debemos hacer una pausa y replantearnos cómo urbanizar cuidando al mismo tiempo nuestro entorno natural y construido. El sector de la construcción y los profesionales del entorno construido que trabajan para él desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar que encontremos soluciones. Las ciudades y sus gestores están en primera línea de las crisis: COVID-19, cambio climático, conflictos y falta de capital. Tenemos que ayudarles para hacer que nuestro hábitat sea más sostenible y resiliente. Pero no todo es pesimismo. Vemos que se está produciendo un cambio. Simplemente tenemos que acelerarlo. Muchas empresas de construcción, arquitectos y urbanistas han empezado a pensar en la sostenibilidad y la resiliencia ante el cambio climático, centrándose en diseños más respetuosos con el medio ambiente y energéticamente eficientes. Con una gran ambición: crear una mejor calidad de vida para las personas hoy y para las generaciones venideras. Colectivamente, también hemos empezado a pensar no solo en construir edificios más sostenibles y resistentes, sino también en adaptar y rehabilitar las estructuras existentes para que nuestras casas sean más eficientes y sostenibles. Es importante ocuparse de la regeneración de los barrios y las comunidades de nuestras ciudades. Y no solo pensar en construir estructuras nuevas. Para superar los retos y crear ciudades mejores, necesitamos un planteamiento que abarque toda la casa o toda la sociedad. No basta con exigir medidas únicamente al sector de la construcción. Necesitamos soluciones integrales, desde mejores políticas y mejores normas de construcción hasta el diseño y la aplicación de mejores modelos urbanos. También necesitamos que las empresas adopten y amplíen esos modelos. Y comuni-dades y personas que los acepten. También queremos conocer las carencias actuales. Una vez que sepamos lo que nos falta y lo que tenemos que hacer, podremos actuar y apoyar iniciativas para que los asentamientos humanos sean más sostenibles desde el punto de vista medioambiental y social. Es nuestra oportunidad de crear una calidad de vida mejor para los ocho mil millones de personas que viven actualmente en nuestro planeta. Y dejar un mundo mejor para los miles de millones que vendrán. Maimunah Mohd Sharif Secretaria General Adjunta de la ONU y Directora Ejecutiva de ONU-Hábitat E

SAINT-GOBAIN ÍNDICE Construir nuestro futuro Huella de carbono en la construcción: ¿dónde radica el problema y quién puede actuar? Ya sea construyendo o reformando, en el Norte o en el Sur, la ciudad del mañana toma forma hoy 07 La urgente necesidad de una construcción sostenible 11 La huella de carbono de la construcción 12 Diseñar las megaciudades de 2050 18 El impacto social de las viviendas de baja calidad 19 La escasez de vivienda acentúa las desigualdades 21 Descarbonización en toda la cadena de valor 27 Operativo o incorporado: cambiar la percepción del carbono 28 La renovación y la movilización necesaria de los poderes públicos 31 Reformar el Norte 34 El problema de la eficiencia energética en Europa 36 Diseños y reformas que resistirán el paso del tiempo son posibles 40 Construir un Sur Global 4

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 5 Construcción sostenible: retos y acciones 47 Acción 1: apostar por la eficiencia energética 50 «La ciudad del mañana será azul y verde» 52 Acción 2: actuar en toda la cadena de valor 55 Acción 3: diseñar de forma diferente los edificios 58 Acción 4: integrar los principios de la economía circular 61 Acción 5: optar por la construcción ligera 65 Acción 6: cuidar de las personas Luz verde a los inversores para una construcción sin emisiones de carbono 69 La inversión sostenible es rentable 71 Demanda energética: dos escenarios para 2050 75 Garantizar el acceso a la financiación más ventajosa 76 «A medio plazo, los costes de la construcción sostenible son inferiores» Observatorio de la Construcción Sostenible 78 Primeras conclusiones de la edición de 2023

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 10 SAINT-GOBAIN CONSTRUIR NUESTRO FUTURO En 2050, este planeta albergará a otros dos mil millones de seres humanos. Para alojarnos a todos, tendremos que construir más viviendas y más infraestructuras. Se ha calculado que cada día surgirá el equivalente de una ciudad del tamaño de París (105 km2), sobre todo en los países del Sur Global1. Pero el reto de la vivienda será igual de grande en los países occidentales. Para satisfacer la demanda de su población actual, Estados Unidos necesitaría construir el equivalente a tres años de casas y apartamentos en el espacio de un solo año. Solo en el Reino Unido habría que construir 340 000 viviendas al año hasta 2031 para paliar el déficit existente. El sector de la construcción es responsable del 36 % del consumo mundial de energía, el 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 40 % de la producción de residuos sólidos y el 50 % del uso de recursos naturales2. Por tanto, afrontamos un reto medioambiental, económico y social que nos obliga a abordar una cuestión clave: ¿cómo reformar y construir de forma más rápida y barata pero, sobre todo, más sostenible? 1. El término «Sur Global» designa a los países clasificados por el Banco Mundial como de renta baja o media y situados en África, Asia, Oceanía, América Latina y el Caribe 2. Consejo Mundial de Construcción Ecológica (WGBC). 6

SAINT-GOBAIN 7 La urgente necesidad de una construcción sostenible Allá donde van los seres humanos, construimos. Mucho. En todas partes. Y siempre lo hemos hecho. Sobre todo, con demasiada frecuencia construimos en detrimento de la naturaleza. Nuestro planeta ya no es capaz de absorber el coste medioambiental de nuestras construcciones debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, la sobreexplotación de los recursos naturales y la ineficiencia energética. Sin embargo, tenemos que seguir albergando a una población cada vez mayor. Para satisfacer esta necesidad, solo hay una solución: la construcción sostenible. Las condiciones esenciales para que la sociedad humana prospere son vivir en un medio ambiente sano, donde la naturaleza esté protegida, con ecosistemas en perfecto estado de funcionamiento. Sin embargo, es la actividad humana la que, siglo tras siglo, ha puesto en peligro el equilibrio de nuestro planeta. Durante más de trescientos años hemos seguido construyendo como si no hubiera un mañana, sin ser realmente conscientes de que el impacto medioambiental de la construcción de nuestras ciudades llegaría a representar a escala mundial el 36 % del consumo energético del planeta. También representa el 37 % de sus emisiones de carbono (CO2), el 50 % del uso de sus recursos y el 40 % de su producción de residuos sólidos. >

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 8 «Una advertencia urgente sobre las consecuencias de la inacción». El sector de la construcción no es el único responsable del cambio climático, ni mucho menos. No obstante, Charles Kibert, Director del Powell Center for Construction and Environment de la Universidad de Florida, subraya que «las actividades vinculadas al sector de la construcción y la realización de sus proyectos constituyen el 60 % del problema del cambio climático». Hay un impacto sustancial que puede apreciarse a lo largo de la vida útil de un edificio, incluida su construcción y su uso cotidiano. El profesor Kibert, que también es autor de la influyente publicación Sustainable Construction: Green Building Design and Delivery, destaca que es imperativo tomar medidas urgentes. Es de la misma opinión el economista surcoreano Hoesung Lee, Presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Hoesung Lee describe el informe del IPCC Cambio climático 2022: Impactos, adaptación y vulnerabilidad como «una advertencia urgente sobre las consecuencias de la inacción». Un coste de 2004 billones de dólares por las catástrofes relacionadas con el cambio climático Hans-Otto Pörtner, que copreside el Grupo de Trabajo II del IPCC con Hoesung Lee, afirma: «Cualquier retraso adicional en la adopción de medidas concertadas a escala mundial será una oportunidad perdida para garantizar un futuro viable». Los hechos están a la vista: la supervivencia de la humanidad está en riesgo. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), el número de catástrofes naturales se ha quintuplicado en los últimos 50 años y el coste de estos incidentes ha aumentado un 30 % en 20 años. Entre 2000 y 2019, el impacto económico total de los desastres relacionados con el cambio climático ascendió a 2004 billones de dólares, de los cuales 1206 billones estaban relacionados con las tormentas. En los últimos años, los períodos de calor intenso son cada vez más frecuentes y, de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, 168 han declarado encontrarse bajo la amenaza de desertificación. Mientras tanto, el número de inundaciones se ha más que duplicado en los últimos 20 años. Como consecuencia de estos desastres medioambientales, 254 millones de personas se han visto desplazadas en la última década. Según el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC) de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el 60 % de los desplazados se reasientan en zonas urbanas. ¿Yakarta está a punto de desaparecer del mapa? El nivel del mar está subiendo en todo el mundo y el 40 % de la capital indonesia, Yakarta, ya está por debajo del nivel del mar, con los distritos más cercanos a la orilla hundiéndose entre 25 y 30 centímetros al año. El Foro Económico Mundial ha calculado que el 95 % de las carreteras de esta megaciudad del sudeste asiático podrían estar bajo el agua en 2050. Ante esta realidad, el Parlamento indonesio aprobó a principios de 2022 una ley que autoriza la creación de una nueva capital a 2000 km de distancia, en la isla de Borneo. Se llama Nusantara, que en indonesio significa «archipiélago». Bangkok (Tailandia), Daca (Bangladés), Lagos (Nigeria) y Alejandría (Egipto) son otras ciudades que, para el año 2100, también podrían encontrarse con grandes extensiones cubiertas por el agua que harán que sean inhabitables. Las ciudades ocupan solo el 2 % de la superficie terrestre, pero emiten casi el 70 % de los gases de efecto invernadero.

SAINT-GOBAIN 9 Delta fluvial en el mar de Java, al este de Yakarta (Indonesia). El impacto de cambios similares también es evidente en Estados Unidos. Un estudio publicado en el Journal of the Association of Environmental and Resource Economists predice que uno de cada 12 estadounidenses que viven actualmente en la mitad sur del país emigrará en algún momento de los próximos 45 años. Se desplazarán a zonas como California, la región de las Montañas Rocosas y el noroeste de Estados Unidos por motivos relacionados con el cambio climático. La experiencia en cuestiones relacionadas con el clima nos enseña que las hipótesis menos optimistas tienen la desafortunada costumbre de hacerse realidad. En su informe de 2022, el IPCC observa que el aumento de > El 95 % de las carreteras de Yakarta podría estar bajo el agua en 2050. © Getty Images Mangiwau

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 10 Edificio Europa, sede del Consejo Europeo en Bruselas. Su fachada está formada por un mosaico de estructuras de madera recuperados de obras en toda la Unión Europea. la temperatura global se ha acentuado. Al ritmo actual, el umbral de un aumento de la temperatura global de 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales se superará con toda probabilidad en algún momento entre 2021 y 2040. Aunque se trata de una perspectiva aterradora, los expertos creen que aún hay tiempo para revertir el cambio. «Adaptarse al cambio climático es posible si el calentamiento global se limita a 1,5 °C o 2 °C [para el año 2100, como prevé el Acuerdo de París firmado en 2015 por 197 partes, incluida la Unión Europea]». Acción inmediata ¿Cómo evitar el punto de inflexión del cambio climático? Si seguimos esforzándonos en cambiar nuestras prácticas e invirtiendo en la adaptación de nuestro entorno construido, el mundo podrá evitar la necesidad de una inversión mucho mayor en el futuro. Tenemos que acelerar la acción para proteger a las poblaciones del mundo de los efectos de los trastornos relacionados con el clima, al tiempo que intensificamos nuestros esfuerzos para abordar la causa primera: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se trata de una cuestión de máxima urgencia. Incluso el objetivo de un incremento máximo de 2 °C parece ya difícil de alcanzar, dado que en 2022 la temperatura mundial ya había aumentado 1,15 °C en comparación con los niveles preindustriales (1850-1900). Debemos actuar, pero ¿cómo? Pues bien, en el contexto de un mundo cada vez más urbanizado, los actores del sector de la construcción tienen el poder de diseñar los edificios del mañana para una sociedad más concienciada con la preservación del delicado equilibrio del mundo natural. © Alamy Stock Photo/Santi Rodríguez

SAINT-GOBAIN 9 CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE La huella de carbono de la construcción Las emisiones que conforman la huella de carbono mundial relacionada con la energía se originan en diversas industrias. De estas emisiones, el 37 % procede de los edificios y la construcción. 23 % Transporte 10 % Otras industrias de la construcción* Edificios y construcción 10 % Industria de la construcción + 10 % Edificios no residenciales Emisiones directas: 3 % Emisiones indirectas: 7 % + 17 % Edificios residenciales Emisiones directas: 6 % Emisiones indirectas: 11 % 37 % del total de emisiones de C02 relacionadas con la energía 6 % Otro Emisiones relacionadas con la energía originadas en prácticas agrícolas u otras fuentes pequeñas 23 % Otros sectores Emisiones de fabricantes, etc. *Emisiones de otros materiales utilizados en la construcción (excluidos ladrillo, vidrio, hormigón, aluminio y acero) Fuente: UN GABC Informe sobre la situación mundial de los edificios y la construcción de 2021 11

SAINT-GOBAIN 12 Diseñar las megaciudades de 2050 El número de ciudades con más de 10 millones de habitantes, denominadas megaciudades, se habrá duplicado en 2050. Se crearán muchas megaciudades nuevas, sobre todo en África y Asia. Esto constituye un difícil reto medioambiental, pero también representa una verdadera oportunidad: la posibilidad de construir ciudades diferentes y sostenibles, no solo para el medio ambiente, sino también para sus habitantes. Unas ciudades que evitan repetir los errores del pasado y pueden ofrecer a sus habitantes mejores condiciones de vida son la clave para preservar la cohesión social. Vista aérea de Tokio (Japón). © EyeEm

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE Desde 2007, la humanidad se ha vuelto predominantemente urbana. El 55 % de la población mundial vive en ciudades y se calcula que esta cifra aumentará hasta casi el 70 % en 2050, lo que significa que el planeta tendrá 2500 millones más de habitantes urbanos. Según una previsión sobre la urbanización mundial del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), el número de ciudades con más de 10 millones de habitantes pasará de las 31 actuales a 43 en 2050. Diez de estas megaciudades tendrán más de 25 millones de habitantes. Hacia una «ciudad planetaria» Dado que la Tierra se está convirtiendo gradualmente en una «ciudad planetaria», se hace imperativo formular un nuevo modelo urbano integrador y sostenible que esté más en sintonía con el ecosistema natural del planeta. Debe prestarse especial atención a las necesidades de los países del Sur Global, sobre todo en Asia y el África subsahariana, donde más de mil millones de personas siguen viviendo en barrios marginales y donde la urbanización va a acelerarse a un ritmo más rápido. ONU-Hábitat calcula que, de aquí a 2070, el número de ciudades aumentará un 76 % en los países de renta baja, frente a un 20 % en los de renta alta o media. En los países con mayor PIB por habitante, se prevé que el número de ciudades solo aumente un 6 %. Según el informe Smart Sustainable Cities: Reconnaissance Study (2016), la población urbana aumentará del 40 % al 56 % en África, y del 48 % al 64 % en Asia. En América Latina, Europa y Norteamérica, el crecimiento será más lento. No obstante, con unos porcentajes de población urbana del 86 %, el 82 % y el 87 % respectivamente para 2050, el reto seguirá siendo considerable. Las soluciones propuestas para responder al desafío pueden variar según las zonas geográficas. Sin embargo, el objetivo seguirá siendo el mismo: proporcionar a los futuros habitantes de las ciudades la mejor calidad de vida posible, acorde con sus necesidades sociales, materiales e incluso alimentarias, sin afectar negativamente al medio ambiente. La carga que supone esta urbanización exponencial del planeta agota inevitablemente los recursos naturales de la Tierra. Cada año, millones de hectáreas de tierras agrícolas, naturales o boscosas se utilizan para dar cabida a la expansión de las zonas urbanas. Esto daña la biodiversidad, reduce la superficie disponible para cultivos y en determinados países empeora la productividad y la seguridad alimentaria. Se calcula que para 2030 Nigeria habrá perdido el 17 % de su capacidad de producir arroz y el 12 % de su capacidad de > 13 Fuente: Naciones Unidas En 2050, 10 megaciudades tendrán más de 25 millones de habitantes cada una. Asia Bombay (42 millones) Nueva Delhi (36 millones) Daca (35 millones) Calcuta (33 millones) Tokio (32 millones) Karachi (32 millones) África Kinsasa (35 millones) Lagos (33 millones) América del Norte México (25 millones) Nueva York (25 millones)

SAINT-GOBAIN 14 producir maíz como consecuencia de la urbanización. Egipto podría perder el 40 % de su cultivo de arroz y el 60 % del de maíz1. Por tanto, las ciudades del futuro tendrán que ser más densas. Tenemos que limitar la expansión urbana, que requiere la construcción de cada vez más edificios, infraestructuras y redes de transporte. No obstante, también seguirán siendo necesarias viviendas asequibles, saludables y accesibles. Ciudades modelo de todo el mundo En todos los continentes, las ciudades tradicionales están dando pasos hacia el cambio y se están convirtiendo progresivamente en ciudades sostenibles. En una sola década, Vancouver (Canadá), donde viven casi 700 000 habitantes, se ha convertido en una de las ciudades más ecológicas del planeta. Para lograrlo, la ciudad apeló a la conciencia ecológica de las empresas. La formación de profesionales en Llamemos a este punto de inflexión como queramos: transición, separación de caminos, cambio de dirección o revolución. Lo llamemos como lo llamemos, se nos viene encima y hay que gestionarlo rápidamente. No se trata de dar retoques, sino de un cambio completo de modelo para el tejido de nuestras ciudades» Christine Leconte, arquitecta, y Sylvain Grisot, urbanista, ¡Réparons la ville! (¡Arreglemos la ciudad!), publicado por Apogée, 2022. técnicas de construcción con bajas emisiones de carbono ha dado lugar a nuevos edificios con menor huella de carbono, así como a una reducción anual del consumo de energía del 2 %. La política «más verde» ha dado lugar a la creación de miles de parques por toda la ciudad y también se han instalado zonas de compostaje y jardines encaramados a las azoteas de los rascacielos. Los resultados económicos de la ciudad se han beneficiado de este auge, ya que los empleos relacionados con la economía verde han aumentado un 20 % en 10 años. Reikiavik (Islandia) también se ha convertido en una de las ciudades con mayor conciencia ecológica del mundo. Esta ciudad de 120 000 habitantes se ha desarrollado en estrecho contacto con el mundo natural, con cubiertas verdes de vegetación, parques, jardines, carriles peatonales y para bicicletas y casi 410 m2 de espacio verde por habitante. La producción de energías renovables, que incluyen la geotérmica y las presas hidroeléctricas, ya suministra el 100 % de la electricidad que necesita Reikiavik. Este es un dato especialmente impresionante ya que, hasta los años setenta, el país dependía casi exclusivamente de los combustibles fósiles. En Sudáfrica, Ciudad del Cabo está favoreciendo el progreso relacionado con el clima. Entre el 10 % y el 20 % de su producción energética procede actualmente del gas producido por la combustión de residuos urbanos. Esta ciudad africana con más de cuatro millones de habitantes se expande rápidamente y también ha consolidado su red de transporte público, lo que le ha permitido reducir el tráfico, las emisiones de carbono y la contaminación. Ciudad del Cabo también está > 1. ONU-Hábitat - Informe Mundial de las Ciudades 2022: Visualizando el futuro de las ciudades, 2022. « El 100 % de las necesidades de electricidad de Reikiavik se cubren con energías renovables (geotérmica, presas hidroeléctricas)

Borja Bonaque CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 15

SAINT-GOBAIN 16 desarrollando muchos proyectos de construcción sostenible que incluye la distribución de una guía específica. Como resultado, los proyectos se multiplican. Entre ellos figura The Fynbos, el primer bloque biofílico de apartamentos de África, cuya finalización está prevista para finales de 2024. Su objetivo es crear un auténtico entorno natural dentro de un contexto urbano a partir de las propiedades naturales de las plantas y la circulación del aire y la luz. Igual de sostenible y accesible para personas de renta baja es el proyecto Sandbag Houses, de MMA Architects. El proyecto implicó el uso de sacos de arena, material obtenido localmente y la mano de obra de los futuros habitantes, y permitió crear 10 casas con un precio de venta de poco más de 5000 dólares cada una. La ciudad modelo ya no es una utopía La ciudad de Curitiba (Brasil) lleva apostando por políticas respetuosas con el medio ambiente desde los años ochenta. Hace años que se considera a esta ciudad de dos millones de habitantes una adelantada a su tiempo y a menudo se la denomina «Cidade Modelo da América Latina» («ciudad modelo de América Latina»). La ciudad clasifica el 70 % de sus residuos mediante un ingenioso sistema de intercambio que permite a los residentes cambiar la basura por cestas de verduras o billetes de autobús. Curitiba también ha plantado más de un millón de árboles en los márgenes de sus autopistas y cada vez crea más espacios verdes, con un total de 60 m2 por habitante. Todos estos resultados son muy alentadores. Para construir o modernizar ciudades capaces de ofrecer a los ciudadanos mejores condiciones de vida, que garanticen la preservación de la cohesión social, debe haber innovación en los proyectos de construcción. Esto es así tanto si se trata de casas individuales, bloques de apartamentos o edificios públicos. Esta transformación de las zonas urbanas también debe fomentar la inclusión para garantizar no solo que todo el mundo tenga acceso a la vivienda, sino también a la sanidad, el empleo y los servicios públicos. Las ciudades rediseñadas de forma sostenible representan una inversión de futuro para unos centros urbanos más seguros, más asequibles, más humanos, mejores para el bienestar de sus habitantes y con un impacto medioambiental menos dañino. La vivienda es un reto importante porque es el punto de entrada para la inclusión económica, social y cultural. Debe ser intrínsecamente sostenible, lo que significa que debe construirse de manera que proporcione estabilidad y unas condiciones de vida seguras a largo plazo.» Christophe Lalande, Jefe de la Unidad de Vivienda de ONU-Hábitat «

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 17 Curitiba (Brasil): «La ciudad modelo de América Latina». © GettyImages

SAINT-GOBAIN 18 L El impacto social de las viviendas de baja calidad a Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy clara al respecto. Vivir en un alojamiento de mala calidad puede tener consecuencias psicológicas perjudiciales, como ansiedad, depresión y pérdida de autoestima... La organización atribuye 130 000 muertes al año en Europa a las condiciones inadecuadas de la vivienda. La Universidad de California en Berkeley también ha establecido que vivir en viviendas insalubres con humedad y moho aumenta en un 50 % el riesgo de desarrollar asma, alergias o infecciones. Y eso no es todo. Una mala acústica en el hogar puede alterar los patrones de sueño, causar fatiga y estrés y reducir la capacidad de aprendizaje. La OMS ha concluido que, a largo plazo, las perturbaciones acústicas también pueden provocar irregularidades hormonales, hipertensión arterial y un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares. La organización calcula que la población de Europa Occidental pierde cada año unos 61 000 años de vida saludable. Se calcula que una sexta parte de la población mundial lucha por mantener un techo bajo el que cobijarse. En los países del hemisferio sur, el problema es aún más grave: 597 millones de asiáticos y 238 millones de africanos sufren escasez de vivienda. Muchos viven en casas que son inestables, inseguras e incluso insalubres, sin agua corriente, alcantarillado, electricidad ni acceso al transporte público. Esto puede acarrear problemas sociales, que se suman a los problemas sanitarios y medioambientales ya creados por los edificios de baja calidad. Este coste supone una carga adicional para la comunidad. Vista aérea de un barrio en Sudáfrica. L © EyeEm/Tim Wege

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 19 Fachada de un edificio residencial. Fachada de un edificio residencial. La escasez de vivienda acentúa las desigualdades n la mayoría de los países occidentales, la vivienda es escasa y cara, normalmente entre dos y cuatro veces más que el coste original de construcción. En el artículo The Housing Theory of Everything, publicado en Works in Progress de Sam Bowman, John Myers y Ben Southwood se explica: «En los años 60, era habitual que una familia estadounidense o británica de clase media con un solo sueldo pudiera permitirse una vivienda confortable». Esto ya no es así, y no solo en Estados Unidos o Gran Bretaña. En los últimos cuarenta años, el precio medio de la vivienda en el área metropolitana de Nueva York ha aumentado un 706 %. Los precios de la vivienda en San Francisco han subido un 932 %, un 326 % más que los salarios estadounidenses. En el mismo período, los precios de la vivienda han aumentado un 800 % en Dublín (Irlanda); un 1450 % en Sídney (Australia) (en comparación con un aumento del 480 % en el salario por hora); y un 2100 % en Londres (1500 % más que los salarios locales). En Francia, la presión económica es tal que es casi obligatorio combinar dos sueldos para poder comprar una vivienda. En la actualidad, el 62 % de los compradores son parejas en las que ambos trabajan. En 1990, esto solo ocurría con el 35 % de los compradores. En palabras de Christophe Lalande, Jefe de la Unidad de Vivienda de ONU-Hábitat: «La vivienda es un reto importante porque es el punto de entrada para la inclusión económica, social y cultural. Debe ser intrínsecamente sostenible, lo que significa que debe construirse de manera que proporcione estabilidad y condiciones de vida fiables a largo plazo». E ©iStock/Nongnuch Pitakkorn

SAINT-GOBAIN CONSTRUCCIÓN DE CARBONO: ¿DÓNDE RADICA EL PROBLEMA Y QUIÉN PUEDE ACTUAR AL RESPECTO? Cambiemos de paradigma. Nuestros hogares, oficinas, escuelas y hoteles pueden emitir menos CO2 durante todo su ciclo de vida útil. Materiales, procesos industriales, transporte, uso y, en última instancia, demolición: en cada etapa, nuestras elecciones pueden reducir la huella de carbono del entorno construido. Por eso, ante los retos climáticos, todos debemos actuar de forma sostenible y responsable. 20

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 21 Descarbonización en toda la cadena de valor En 2050, siete mil millones de personas vivirán en zonas urbanas, lo que supondrá un reto demográfico. Junto a los trastornos climáticos y a unos recursos cada vez más escasos, nos obligará a considerar todo el ciclo de vida útil de los edificios, desde su diseño hasta su uso, para garantizar que todos los proyectos inmobiliarios sean realmente sostenibles. Durante mucho tiempo, el reto medioambiental de la construcción se ha abordado únicamente mediante la mejora del rendimiento térmico y energético de los edificios. Y por una buena razón: del 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero que emiten los edificios1, el 27 % procede de la energía consumida en calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación. Por tanto, la eficiencia energética sigue siendo una prioridad indiscutible. Pero también es esencial ocuparse del 10 % restante: el carbono emitido a lo largo del ciclo de vida útil de los edificios y no solo mientras se utilizan. Del carbono operativo al carbono incorporado El Acuerdo de París, cuyo objetivo es lograr cero emisiones netas de carbono para 2050, marca el camino hacia normas de edificación que fomenten la construcción ligera y respetuosa con el medio ambiente. Reducir el carbono operativo, es decir, el emitido durante la fase de funcionamiento del edificio -como la iluminación y la energía-, sigue siendo una prioridad a la hora de emprender reformas. Pero también es esencial tener en cuenta la huella de carbono de un edificio a lo largo de todo su ciclo de vida útil, desde la extracción de materias primas hasta el transporte, pasando por la recuperación de materiales al final de su vida útil. La razón es sencilla: todos estos pasos generan CO2 en mayor o menor medida. Por lo tanto, hay que tener en cuenta el carbono incorporado, que a menudo pasa desapercibido. > 1. ONU: «Las emisiones del sector de la construcción han alcanzado un máximo histórico»

SAINT--GOBAIN En términos de «seguimiento del carbono», todo empieza al principio del proyecto, cuando se diseña un edificio. Un esfuerzo de descarbonización requiere una reflexión global y una atención constante. Comienza con la extracción de las materias primas necesarias para fabricar los materiales de construcción, un proceso que produce una fuente constante de emisiones de gases de efecto invernadero. Y cuando hablamos de extracción, también nos referimos a la logística del transporte, a menudo a largas distancias, en camión, barco o avión, que obviamente contribuirá al balance de carbono. El seguimiento del carbono incluye analizar los emplazamientos industriales donde las materias primas se transforman en materiales de construcción. Los procesos industriales de alta temperatura y alto consumo energético que utilizan combustibles fósiles o materiales derivados del petróleo, como los plásticos, pueden generar importantes emisiones de CO2. Por ejemplo, el hormigón, un material fundamental en el sector de la construcción y las obras públicas, es responsable de alrededor del 8 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la prestigiosa revista científica Nature. Además de generar demasiado carbono, durante la gestión de una obra o durante su demolición no se recupera suficiente material de construcción. De los 46 millones de toneladas de residuos que produce cada año el sector de la construcción en Francia, solo se recicla el 31 %. Esto supone un despilfarro de recursos y su reutilización o reciclado permitiría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar las cosas? Cambiar de lo lineal a lo circular En el mundo de la neutralidad del carbono, nada se pierde: todo se transforma. El ecodiseño se inspira en el químico Antoine Lavoisier y se centra en todas las fases del ciclo de vida útil de un producto para reducir su impacto ambiental. Frente al enfoque de «tomar-fabricar-tirar» de la economía lineal tradicional, que desperdicia enormes cantidades de material, la economía circular fomenta el uso de materiales de menor impacto. Esto incluye materiales con un alto nivel de contenido reciclado. Este modelo de bajas emisiones de carbono se ha diseñado para recuperar materiales y fomentar la reutilización y el reciclado de los residuos de la construcción. Se trata de una doble victoria para el sector, que preserva los recursos naturales a la vez que asegura sus líneas de suministro mediante el uso de materias primas secundarias. Saint-Gobain está aplicando este enfoque circular en su planta de AnicheÉmerchicourt (Francia). Desde mayo de 2022, el Grupo gestiona allí la primera producción mundial de vidrio plano con bajas emisiones de carbono. ¿Su secreto? 70 % de cullet y 100 % de energía verde. 22 Es fundamental abordar el carbono emitido en todo el ciclo de vida de los edificios. En Francia se producen cada año 46 millones de toneladas de residuos de la construcción, pero solo se recicla el 31 %.

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 23 La fábrica de Aniche (Saint-Gobain) logra una producción de vidrio plano con cero emisiones de carbono, una primicia mundial. Este enfoque empoderador debe implicar a todas las partes interesadas, empezando mucho antes de la construcción, con arquitectos y urbanistas comprometidos en imaginar la ciudad y las infraestructuras postcarbono del mañana. Los edificios, en concreto los residenciales, tienen una vida media de 70 a 100 años. Para los profesionales implicados, esto significa imaginar la ciudad del futuro con un siglo de antelación, teniendo en cuenta la adaptabilidad de los usos y la modularidad de los lugares. También incluye estudiar cómo adaptar y transformar los edificios a lo largo del tiempo (en oficinas, viviendas o espacios empresariales), anticipando al mismo tiempo su impacto ambiental. La tecnología digital al servicio de la construcción sostenible El uso de la tecnología digital, incluida una de sus herramientas más potentes, el modelado de información para la construcción (BIM), permite poner a prueba distintas hipótesis. También permite optimizar las prácticas de construcción, las estrategias de suministro y los retos logísticos, así como fomentar el reacondicionamiento y la reutilización de materiales. La buena noticia es que, más allá de la optimización medioambiental, la digitalización del sector de la construcción podría ahorrar hasta un 20 % del coste total de un proyecto, según la empresa Boston Consulting Group. Austria y Noruega están dando ejemplo, ya que estos dos países exigen ahora el uso de BIM en todos los proyectos públicos. Francia sigue el ejemplo con su ambicioso «Plan BIM 2022», que pretende generalizar el uso del modelado digital entre artesanos y pequeñas empresas. En Singapur, el software BIM es obligatorio desde 2015 para todos los proyectos de más de 5000 m2. > © ChristelSasso_CAPA

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 25 Es necesario evaluar toda la cadena de valor para que la sociedad avance hacia una economía circular menos intensiva en carbono y con un impacto positivo. Para que esto ocurra, todas las partes interesadas deben comprometerse. Tanto las grandes como las pequeñas empresas tienen un papel que desempeñar en la formación de sus equipos en el uso de las nuevas tecnologías (sensores inteligentes, edificios inteligentes y BIM) para gestionar eficazmente sus líneas de producción y transformar los edificios en verdaderas «plataformas conectadas». Descarbonizar las herramientas industriales Otro reto importante son las instalaciones de fabricación industrial, cuya transformación también debe acelerarse. Consciente de esta necesidad de transformación, el sector de la construcción dispone de varias opciones para optimizar sus procesos, que principalmente se alimentan con combustibles fósiles. Algunos fabricantes recurren ahora a la electrificación de sus líneas de producción, apoyándose en fuentes de energía derivadas de la biomasa, el biogás y otras fuentes de energía renovables y con bajas emisiones de carbono. Otros se centran en recuperar el calor residual (calor no utilizado generado por un proceso cuyo objetivo principal no es la producción de energía) para transformarlo en energía. Por su parte, los fabricantes de cemento están actualizando sus procesos mediante el desarrollo de nuevas fórmulas de cemento. Producidos a partir de «wasterials» (materiales de desecho) como escorias de altos hornos o cenizas volantes, estos neocementos abren nuevas vías para la descar-bonización. Un enfoque político compartido Solo un planteamiento colectivo, respaldado por una voluntad política real, puede impulsar el cambio. Para ello, la Unión Europea parece estar de acuerdo en la adopción de objetivos comunes de reducción de las emisiones de carbono para todos los Estados miembros. Finlandia, Dinamarca y Suecia van a la cabeza en este sentido y tienen previsto integrar en sus normativas requisitos de la reducción de las emisiones de carbono. En Francia, la reglamentación medioambiental RE2020 refuerza la legislación anterior añadiendo requisitos medioambientales que tienen en cuenta el ciclo de vida útil de todo el edificio. Pero la voluntad política por sí sola no basta para cambiar las mentalidades. Los incentivos fiscales o financieros son esenciales para apoyar los esfuerzos de bajas emisiones de carbono. Varios países han adoptado medidas de este tipo, entre ellos Francia con su «Plan de Relance» (Plan de Recuperación) y los Estados Unidos, con la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act)2 del Presidente Joe Biden, inspirada en parte por el «Pacto Verde Europeo». > 2. El Pacto Verde Europeo contiene una serie de medidas para que la Unión Europea sea climáticamente neutra en 2050. Los edificios tienen una vida media de 70 a 100 años

SAINT-GOBAIN 26 La ciudad de Copenhague espera alcanzar la neutralidad climática en la próxima década. Para el sector de la construcción, es importante que los incentivos financieros ecológicos permitan financiar la rehabilitación de viviendas antiguas de un modo que conlleve bajas emisiones de carbono. Como piedra angular de la estrategia de descarbonización, las reformas para obtener la eficiencia energética, con mejoras en la envolvente y el edificio, son una palanca importante que actúa a dos niveles. Por un lado, está el carbono operativo (consulte la página 27), que incorpora la optimización energética relacionada con la vivienda (agua, gas, electricidad) y un mejor seguimiento del consumo de energía. Por otro lado, está el carbono incorporado, incluido el aislamiento que ayuda a ahorrar energía. La rehabilitación puede considerarse a menudo la opción preferida, con un menor impacto de carbono que la demolición y la reconstrucción. Pero independientemente de si se trata de un proyecto nuevo o de una reforma, medir el impacto de carbono de las actividades del sector de la construcción ayudaría a impulsar la transformación, el crecimiento y las oportunidades. © Alamy Stock Photo/Oliver Förstner

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 27 Operativo o incorporado: cambiar la percepción del carbono oy en día es imposible hablar de descarbonización del sector de la construcción sin hacer la distinción entre dos tipos de emisiones de CO2: el carbono operativo y el carbono incorporado. En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos para reducir las emisiones de carbono operativo relacionadas con el uso de los edificios, como la calefacción, los sistemas de refrigeración y la iluminación. Con la introducción de nuevas tecnologías y una legislación cada vez más estricta, las nuevas construcciones enfatizan sus atributos de bajo consumo energético, reivindicándose como «pasivas» o incluso «positivas», porque producen su propia energía. Pero aún queda mucho por hacer para llegar a cero emisiones de carbono. Reducir el carbono operativo es un primer paso importante, pero no basta para crear edificios con cero emisiones de carbono. La atención no debe centrarse únicamente en el uso del edificio, sino que también debe incluir todas las emisiones de CO2 que el edificio ha generado. Esto incluye desde la extracción de materias primas y la producción de materiales de construcción hasta la recuperación de residuos de obra y la demolición del edificio. Este es el principio subyacente al concepto de carbono incorporado, que representa casi el 50 % de las emisiones de CO2 de un edificio. Este carbono intrínseco tiene en cuenta todo el ciclo de vida útil de una construcción. Esto incluye desde el origen de las materias primas, que a veces requiere largos viajes, hasta la producción de los materiales, pasando por el final de la vida útil del edificio. A diferencia del carbono operativo, que puede abordarse a lo largo de la vida del edificio, especialmente mediante la rehabilitación energética, las emisiones de carbono incorporado son una parte indeleble de la envolvente del edificio (especialmente el aislamiento) y su equipamiento. De ahí la necesidad de prever cada etapa de una construcción desde el punto de vista de «cero emisiones netas», evaluando las entradas y salidas de emisiones. Ese es el reto al que se enfrenta actualmente la industria. Se trata de un reto global que requiere que los agentes de la construcción empiecen a pensar de forma circular, en lugar de lineal, lo que incluye ser proactivos en el abastecimiento de materias primas con una baja huella de carbono. En esta revolución copernicana hacia un mundo de la construcción por fin totalmente descarbonizado, el sector tendrá que mejorar el diseño de los edificios y los procesos de producción para hacerlos más eficientes, con menos emisiones de CO2. H

28 SAINT-GOBAIN Renovación y movilización necesaria de los poderes públicos Durante los últimos quince años, Peter Sweatman ha recorrido toda Europa asesorando sobre políticas urbanísticas. Como director ejecutivo de Climate Strategy & Partners y experto en estrategias de eficiencia energética para el sector de la construcción, Peter está convencido de que las autoridades tienen un papel funda- mental y encomiable que desempeñar en la mejora de las viviendas individuales, que cubren casi el 70 % del parque inmobiliario europeo. Peter Sweatman cree que sin una decidida acción privada y pública no habrá un cambio real hacia un mundo construido de forma sostenible. Aunque «los responsables políticos europeos entienden muy bien la necesidad urgente de ahorrar energía, todos están de acuerdo en que el parque inmobiliario se ha quedado atrás», explica, y tienen un gran interés en que consuma menos energía. Pero mientras muchos propietarios no tengan ni los medios ni los conocimientos necesarios para acceder a herramientas y tecnologías que faciliten la reducción del consumo energético, ¿cómo podemos animarlos a hacer reformas? Peter Sweatman CEO y fundador de Climate Strategy & Partners, consultora especializada en estrategias energéticas descarbonizadas para el sector de la construcción

29 CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE Para el especialista en eficiencia energética, el primer argumento está claro: las viviendas que cumplen las normas tienen un valor de mercado más alto. Los estudios han demostrado que las viviendas con un alto rendimiento energético se venden más rápidamente, y por un precio entre un 5 % y un 11 % superior. También se alquilan por un 1,9 % más que las viviendas sin grandes cualidades energéticas1. «Y es por este motivo que los políticos deben presentar las reformas a los propietarios como una inversión a largo plazo, aunque represente un coste medio de entre 20 000 y 40 000 euros», insiste Peter. Pero advierte que: «Esta deuda energética invisible debe subrayarse bien a los particulares, que no son conscientes de la inversión adicional en reformas que se les viene encima cuando compran una vivienda existente con un bajo rendimiento energético». Según Peter, las autoridades públicas son agentes clave que pueden ofrecer a los propietarios de viviendas un paquete de ayudas para facilitarles la realización de las obras necesarias que mejoren el aislamiento y la eficiencia energética de sus propiedades. Este apoyo también tendrá que promocionar los recursos, materiales y procesos con menor impacto de carbono. Es el caso de Alemania, por ejemplo, donde la Agencia de la Energía se ha asociado con el banco estatal alemán KfW para crear un nuevo oficio certificado: supervisor especializado en grandes reformas de viviendas. Este experto, que puede ser arquitecto o ingeniero de formación, apoya a los propietarios que emprenden reformas a lo largo de sus proyectos. «La implicación de las autoridades públicas es vital para generar cadenas de suministro fuertes para las reformas. Las inversiones en eficiencia energética son un cinturón de seguridad para proteger a los consumidores ante crisis energéticas como la que estamos viviendo» Peter Sweatman Establecen un plan de trabajo, gestionan la compleja cadena de suministro de materiales de construcción, ayudan a elegir a los proveedores y, por último, confirman el préstamo con los propietarios. Estos profesionales también deben tener en cuenta las circunstancias sociales y la vulnerabilidad de sus clientes. Hoy en día, en Alemania hay unos 11 000 profesionales acreditados que trabajan a diario con los propietarios de viviendas para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para Peter, la trayectoria está clara: «Los alcaldes y los cargos electos locales deben dar ahora ese paso y convertir la necesidad de una reforma energética masiva de las viviendas en una verdadera estrategia política. Al fin y al cabo, ¿qué puede ser más gratificante para ellos que aportar soluciones para mejorar los hogares de sus electores?». 1. «Impulsar la renovación de edificios: ¿Qué potencial y valor para Europa?» Parlamento Europeo, 2016

SAINT-GOBAIN YA SEA CONSTRUYENDO O REFORMANDO, EN EL NORTE O EN EL SUR, LA CIUDAD DEL MAÑANA TOMA FORMA HOY Aunque el reto de la sostenibilidad existe desde el Norte Global hasta el Sur Global, las respuestas no son las mismas. En concreto, porque la estructura existente difiere según nos encontremos en un lado u otro del globo. Europa tiene que encargarse de sus edificios existentes y un el 97 % de ellos no cumplen los criterios necesarios para luchar contra el cambio climático. Mientras tanto, el Sur Global, donde más de mil millones de personas siguen viviendo en chabolas, tiene que proporcionar viviendas para alojar a la explosión demográfica. Por tanto, las necesidades son distintas, pero también lo son los medios y las cualificaciones de los profesionales de la construcción. Entonces, ¿hay que construir o reformar? A continuación, ofrecemos algunas respuestas. 30

CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE 31 Reformar el Norte El mundo occidental, y más en general todos los países desarrollados, está muy urbanizado y lo ha estado durante siglos. Sus centros urbanos son únicos: a menudo densos, a veces históricos y son el resultado de una sucesión de capas arquitectónicas. Pero hoy en día, estas antiguas ciudades y las nuevas zonas suburbanas que se han desarrollado a su alrededor ya no son capaces de satisfacer las exigencias del confort moderno, por no hablar del cambio climático y las crisis energéticas. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Derribarlo todo y reconstruirlo? ¿O reformar a fondo? En Europa, unos 200 millones de edificios construidos antes de 2001 seguirán en pie en 2050. Hasta el 97 % de los edificios existentes se consideran ineficientes desde el punto de vista energético y demasiado dependientes de los combustibles fósiles. El Parlamento Europeo calcula que los edificios representan el 40 % del consumo final de energía de la Unión Europea, el 36 % de las emisiones de CO2 y el 55 % del consumo de electricidad1. La situación en Estados Unidos no es mejor. La Agencia Internacional de la Energía calcula que los 111 millones de edificios existentes en suelo estadounidense son responsables de alrededor del 41 % del consumo total de energía de Estados Unidos, el 40 % de las emisiones de CO2 y el 70 % del consumo de electricidad2. Por tanto, existe una clara necesidad de conseguir un parque de edificios alineado con los requisitos del Acuerdo de París adoptado en 2015 por 196 partes. De aquí a 2030, los edificios existentes tendrán que reducir su intensidad energética un 35 % respecto a 1990 para alcanzar unos 95 kWh por metro cuadrado3 (frente a los aproximadamente 150 kWh por metro cuadrado actuales, cifra que no ha variado desde hace tres años). También tendrán que ser más eficientes desde el punto de vista energético para cumplir plenamente el objetivo de reducir un 55 % las emisiones de CO2 de aquí a 2050 (en comparación con los niveles de 1990). > 1. «Impulsar la renovación de edificios: ¿Qué potencial y valor para Europa?» - Parlamento Europeo, 2016 2. «Eficiencia energética en el parque de viviendas norteamericano», Agencia Internacional de la Energía 3. «Informe de seguimiento, Edificios 2022», Agencia Internacional de la Energía, septiembre de 2022

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