82 OFRECER EL MISMO MARCO DE REFERENCIA PARA TODOS Con el tiempo, el mundo de la construcción ha visto una proliferación de normas internacionales (ISO), europeas (EN) y nacionales, incluso regionales. Hoy en día, varios miles de ellas marcan las pautas de la profesión. Existen más de 1.500 normas internacionales (I-Codes) elaboradas por organismos internacionales de normalización con el apoyo del Consejo Internacional del Código. Esta cifra sigue aumentando a la par de los avances del sector de la construcción en materia de prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente. Sin embargo, estas normas deben ser sostenibles y fáciles de entender, de modo que los profesionales las perciban no como limitaciones, sino como verdaderas impulsoras para el desarrollo. A costa de tener un gran número de normas, uno de los grandes méritos de la normalización es incentivar hoy a las personas a considerar el ciclo de vida de una estructura y sus diferentes impactos, desde su diseño, pasando por su construcción, operación y renovación, hasta el final de su vida útil. Otro aporte es lograr que la profesión vea un proyecto, sea cual fuere, en su complejidad a través de un enfoque sistémico. Para ello se tienen en cuenta diferentes aspectos, como la interoperabilidad entre los responsables de la ingeniería del edificio y los sistemas de información implementados, la modelización del ciclo de vida del edificio, diseñándolo utilizando un enfoque colaborativo. La ampliación del aeropuerto internacional de Oslo (Noruega) en 2017 es un ejemplo del papel clave que desempeñan las normas de interoperabilidad en un proyecto. Al imponer el uso del modelo digital a todos los implicados en el proyecto y exigir que los entregables se presentaran en formato IFC (Industry Foundation Classes), la autoridad contratante evitó desperdiciar miles de horas de trabajo convirtiendo manualmente más de dos millones de elementos individuales, como puertas , paredes, rociadores, luces, etc. Otro ejemplo: un programa colaborativo universal como Open BIM se basa en procesos y normas de trabajo abiertos para mejorar el diseño, la construcción y el uso de un edificio. ¿RENOVACIÓN NORMALIZADA? La normalización se está volviendo cada vez más especializada en términos de requisitos para áreas como la descarbonización, la transición energética y el uso de materiales. Sobre una base probada de normas genéricas ISO o EN, se ha construido gradualmente un edificio de normas específicas que, a menudo, compiten entre sí, dado que se inspiran en gran medida en las regulaciones. Esto es cierto en el caso del BREEAM británico (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) y las normas americanas LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), que se refieren, en ambos casos, al impacto medioambiental de la construcción, y la norma francesa HQE (Haute Qualité environnementale), que está más centrada en el usuario e incluye gestión de proyectos. Sin embargo, el cambio de dirección más significativo está vinculado, sin duda, al aumento en la renovación. Entre el 80 y 90% de los edificios que con seguridad seguirán en funcionamiento en 2050 ya han sido construidos. EN PRIMER PLANo
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