temperatura. Esta es la fase que emite más CO2 y consume más energía y, en última instancia, es responsable de la mayor parte de la huella de carbono del hormigón. Por eso la investigación se centra en reducir el uso de clínker en el hormigón. Existen varias opciones. Como la renovación de las instalaciones de producción y los hornos para hacerlos más eficientes, reduciendo así la energía consumida en la calcinación de las materias primas, y el uso de fuentes de energía más limpias para sustituir parcialmente a los combustibles fósiles. Pero existen otras palancas para reducir la huella de carbono del hormigón: la adición de activadores a la mezcla de cemento, para reducir la cantidad de clínker sin mermar el rendimiento, y la adición de aditivos. Así es como Chryso, por ejemplo, permitió a Hoffmann Green, pionera en cemento bajo en carbono, ofrecer un producto con una huella de carbono cinco veces menor. VENTAJAS DE LOS QUÍMICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN Con los químicos para la construcción, los aditivos de alto rendimiento refuerzan el hormigón y contribuyen a la gestión responsable de los recursos naturales, optimizando y reduciendo el consumo de agua. Las soluciones de impermeabilización protegen las cubiertas, mientras que los sistemas de impermeabilización estructural garantizan la durabilidad de las estructuras. En la calzada, los revestimientos antideslizantes velan por la seguridad del tráfico. Un sistema técnico en el que cada componente contribuye a la durabilidad y resistencia general de la infraestructura. Al incorporar soluciones innovadoras del sector de los químicos para la construcción, las infraestructuras ganan en sostenibilidad, resistencia y rendimiento medioambiental. En la actualidad, los fabricantes combinan lo mejor de la química inorgánica y orgánica para reducir la huella de carbono del cemento y el hormigón. © Nature’sLens21 45
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